Cada vez más personas se interesan por la estética dental. Mucho ha tenido que ver que los personajes famosos, como las estrellas del mundo del cine, de la moda, de la televisión o del deporte, se apuntasen a la moda de las «sonrisas perfectas». Esas sonrisas de dientes blancos impolutos y perfectamente alineados. ¿Su truco? Efectivamente: Las Carillas Dentales.
Las carillas son una especie de diente postizo, muy parecidos a las uñas postizas. Son muy duras y resistentes, y se pegan al diente cubriéndolo y cambiando por completo su aspecto.
Entre las cualidades de las carillas dentales encontramos su capacidad para modificar a simple vista el color, la forma y colocación de los dientes, puesto que una vez colocadas, cuando el paciente sonríe, lo que muestra a los demás no es otra cosa que la propia carilla en lugar del diente natural.
Cabe resaltar que las carillas son una tratamiento de estética dental, y por lo tanto no van a arreglar nada, sino que simplemente van a cubrir el diente para cambiar su apariencia. Por este motivo, muchos pacientes se sorprenden cuando a la hora de visitar al dentista, éste les comenta que además de las carillas debe tratar otros problemas de salud bucal previamente. Esto es completamente normal y muy necesario si no quieres sufrir problemas más importantes en el futuro por no haber tratado por ejemplo una caries antes de ponerte las carillas.
Tipos de Carillas Dentales:
Si quieres ponerte carillas dentales, debes saber que hay varios tipos dependiendo de los resultados que estés buscando. Entre los famosos las carillas más utilizadas son las Lumineers, que son de porcelana y no requieren tallar el diente para su colocación. Ésta es una gran ventaja, puesto que los dientes naturales, una vez tallados, no recuperan su forma de nuevo, es decir, el tallado del esmalte dental es definitivo y no hay vuelta atrás.
Las carillas de porcelana tradicional sí requieren tallar el diente, lo que hace que sean irreversibles, a diferencia de las Lumineers. Este tallado es necesario porque las tradicionales son más gruesas, y para poder encajarse en los dientes y no aumentar su tamaño de manera desproporcionada se hace necesario tallar los dientes.
Las carillas de porcelana son las más caras, pero hay opciones más asequibles, como son las carillas de composite. Éstas carillas se van fabricando poco a poco sobre el diente, aplicando el material y moldeándolo para darle forma. No requieren tallar el diente prácticamente nada, por lo que las de composite son totalmente reversibles. La pega es que tienen menos duración que las de porcelana y pierden su color con mayor facilidad.
Si quieres información más detallada puedes visitar este otro blog sobre las carillas dentales.
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